Desde que empecé con La Fábrica, me siento afortunada de haber repartido mis piezas por todo el mundo, desde Alaska hasta Singapur.
Si bien la madera es mi zona de confort, me fascinan las artes textiles (patronaje, telar, bordado, tejido…) y disfruto enormemente con el papel maché y el cartón.
Lo único que quiero es seguir aprendiendo dentro de las artesanías tradicionales, vivir experimentando y trabajando con las manos, para dar vida a mis ideas y también a las de otros.