Con Barba Azul, Charles Perrault retrató al asesino de mujeres clásico, el monstruo violento que acumula esposas para alimentar un ego demoníaco, y después las asesina si desafían su autoridad.

Un hombre quizá acomplejado por esa peculiar barba de color azul que, sin embargo, no fue nunca impedimento para ser amado por las mujeres.

En su homónima femenina he querido imaginar algo diferente. Mi Barbazul es una mujer que, pese a la vida de atracción de gabinete de curiosidades, de circo, de humillaciones y burlas, es serena, se conoce bien y se acepta a sí misma con cariño.

Sus tatuajes, como los dibujos de la porcelana china de su taza, cuentan su historia: la belleza, la libertad, la ternura, el amor...